En el mes de octubre de 2022, Google presentó los resultados de las preferencia en búsqueda sobre el tipo de información para elegir una carrera o profesión la cual arrojó resultados que a algunos sorprende.

Las carreras tradicionales, llámense así a las basadas en ciencias o como las actuales o recientes tecnologías fueron las de menos interés. Se destacan, en Europa, el querer ser escritor; y en USA, Canadá, Reino Unido y Australia la de ser aviador.

Pero este escrito no tuviera razón de ser si no existiera algo interesante, ya que cuando vemos los resultados en América la situación cambia.

En este lado del continente, específicamente en Sudamérica la tendencia en búsqueda fue «cómo ser youtuber o influencer» y no sería tanto el tema de querer ser uno de estos dos tipos de profesiones, sino al hecho de que la creencia de algunos jóvenes es que «se gana dinero, haciendo lo que me gusta y sin estudiar más» o «es fácil y ganó dinero».

Antes de pensar ganar dinero, se debe conocer cómo las diferentes plataformas empiezan a pagar a los creadores de contenido y cuales son las condiciones para ello.

A ver, no satanicemos. Recordemos algunos jóvenes de la Generación X, como para situarnos en un punto. A mediados de los años 80s el auge de la los vídeos musicales y los programas de música nos daban una imagen «espectacular» de que ser rockstar era lo mejor: autos de lujo, viajes por el mundo, grandes casas y -para algunos- muchas mujeres. Cosa que cambiaba, en este caso, si quien quería ser rockstar era una mujer. Aún así muchos desconocían el camino que se debía seguir para ser famoso.

En nuestro país, Ecuador, tuvimos en ese entonces varios grupos «famosos» pero que no salían de los límites nacionales, y si lo hacían era por algún contrato para tocar en las colonias ecuatorianas o porque se aventuraron a salir y probar suerte.

Estos casos no son exclusivos de una generación, ya que ejemplos hay muchos: motoqueros, actores, etc, que fueron el anhelo de jóvenes de otras generaciones; pero el caso en la actualidad si se vuelve más especial, ya que la tecnología de la información está mucho más cerca y a la mano que antes.

Comparemos: para ser motoquero se debía tener, lógicamente, una moto pero no cualquier moto, está debía ser una de las denominadas «crucero», cuya capacidad de viaje debía ser potente a parte de la estética.

En el caso de ser rockstar necesariamente debías tener aptitudes para el canto y/o tocar un instrumento, sea guitarra, bajo o batería, sin contar con la actitud que era lo que le da personalidad al grupo o a la estrella.

En la actualidad si alguna niña o niño quiere hacer helado, pues solo debe ingresar a YouTube y tecleando lo que desea, podrá encontrar tutoriales con recetas, pero para esto se necesitan 2 cosas fundamentales: internet y un dispositivo con la capacidad de reproducir este video. También pueden buscar sitios de texto, pero lo más fácil de aprender es con el vídeo.

Este es uno de los muchos videos que pueden encontrar para hacer pie.

En estos 3 casos, se creería que teniendo todo esto se estaría listo para ser lo que uno quiere, pero muchas personas, teniendo todo esto, suelen tener dificultades para lograrlo y existen muchas aristas pero lo trataremos en otro capítulo.

Regresando al tema, no es que sea malo querer ser influencer o youtuber, el caso aquí es que al parecer los padres, familiares y maestros no están siendo considerados como los mejores «influencers» a seguir para sus jóvenes, y así aclararles el tema.

Creemos que la falta de información hacia los jóvenes de cómo llegar a ser un buen creador de contenido (y así obtener los seguidores necesarios para que las plataformas de redes sociales empiecen a pagar a los emprendedores), es el primer inconveniente. Ya que no basta con hacer bailes o crear retos que en algunos casos llegan a causar accidentes -incluso fatales- o hablar de temas de farándula sin profundizar. Básicamente no tener referencias sólidas para lanzar la comunicación no hace a la persona un influencer que sea tomado en cuenta por los medios digitales, y así monetiza, para que el esfuerzo realizado valga la pena para tomarlo como profesión.

No es que sea malo querer ser influencer o youtuber, el caso aquí a ver es por qué tanto padres, familiares y maestros no están logrando ser los mejores «influencers» para sus jóvenes, para que puedan así aclararles el tema.

Por esto y otros puntos que tocaremos en otra ocasión, nos hace decirles que para llegar a ser un buen profesional se deben instruir y obtener conocimientos. Y una vez que empiecen a crecer en aquella profesión tomar en cuenta que ese será su estilo de vida profesional y deberán «meterse de cabeza» para seguir adelante ¡Y siempre keep the faith!

Que el ñeque los acolite en sus sueños y emprendimientos,

By boroweb