«Es un buen tipo mi viejo…» Así empieza la canción popular de Piero. Una canción con letra melancólica que describe a un padre de avanzada edad y que se convirtió en canción representativa en el Día del Padre desde hace décadas.
Ser padre -al igual que ser madre- representa un alto sacrificio, ya que ambos están involucrados, o deberían estar, 100% en la crianza y aprendizaje de los hijos, para que lleguen a ser personas de bien en la sociedad, personas responsables en todos los ámbitos y sobre todo humanitarios.
Pero, ¿cómo un padre logra hacerlo? Si después de todo debe trabajar para llevar el sustento a la familia, de paso suele ser la persona «todóloga» de la casa, que si se daña el lavamanos, su rol tradicional indica que debe encargarse de arreglarlo, que si se daña el techo, él es el «techero», que si se terminó la leche, debe ir a conseguir la leche del perchero; y así se puede seguir con una lista interminable de fixes.
Claro, dirán que las mujeres pueden hacer algunas de estas cosas, pero sabemos que si algo se daña, el hombre siempre quiere demostrar que es él quien puede (así nunca lo haya hecho antes y solo hay visto como se hace). Así es culturalmente nuestro «rey del hogar», alguien que está para ayudar.
Pero, ¿y si llega a faltar? Sí, están la madre, el o los abuelos, los tíos o algún familiar, varón, para compensar ciertas cosas que un padre debería hacer, pero no hay quien lo sustituya (así como a la madre, sin duda), ya que solo el posee una conexión directa con los hijos. De paso, si es padre de mujercitas, esta conexión es más fuerte y no hay quien reemplace esto.
El padre está para, cuidar a la hija y enseñar un oficio al hijo y a ambos darles el mismo amor por igual.
Un padre ausente no es sólo aquel que por circunstancias legales o por fallecimiento faltan en un hogar, lo es también -según estudios sociológicos- aquel que viviendo en casa se dedica más a las obligaciones del trabajo que a la familia en sí, o aquel que a pesar de salir con la familia, no da lo que llaman «calidad de tiempo». Porque no es lo mismo que en una salida vayan todos a un centro comercial o al parque y jueguen o se distraigan todos; a que pase distraído con el teléfono o simplemente no tome en cuenta a los niños y, por el contrario, él (padre ausente aunque presente) sea el único que disfrute aquella salida, yendo a los lugares que solo él dispone y decide.
Entonces… a qué va este escrito: ¿a criticar a los padres o a saludarlos?
Sí, el fin es saludarlos. Pero como siempre hay que contextualizar las cosas, y para que este domingo Día del Padre, sea una mejor celebración, debemos recordar el papel del padre dentro de una familia. Ya que no es sólo una costumbre sino que debería ser un momento en reconocer el esfuerzo de los papás. Y si algunos no suelen esforzarse mucho que se diga, que sirva para recordarles que si realmente desean ser homenajeados de manera honesta, y no solo llegar a ser una reunión más o una comida más, pues siempre se puede cambiar para mejor.
Sin más, celebremos al «rey del hogar», al «todólogo», al que va a las 10 de la noche a tratar de conseguir la cartulina que necesita llevar el hijo a clases, a como dé lugar….
¡Feliz día, mi viejo y que el ñeque te acolite, siempre!
«Es un buen tipo mi viejo…» Así empieza la canción popular de Piero. Una canción con letra melancólica que… se convirtió en canción representativa en el Día del Padre